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domingo, 31 de agosto de 2014

The Old Woman, en el Ópera*

Instrucciones para entender una obra de Robert Wilson


Para Sebastián y Cris


"Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria."  
Julio Cortázar, Manual de Instrucciones, Historia de Cronopios y de famas.



  • Entérese de que Robert Wilson, Mikail Baryshnikov y Willem Defoe estarán en Buenos Aires y no le dé importancia.
  • Desatienda los comentarios snob, usted no piensa gastar esa fortuna para ver una obra extranjera en un teatro de Buenos Aires.
  • Espere hasta la última semana. Si le pasa como a mí, una amiga tiene una entrada de más y la pone en sus manos, le dice que lo lleva y lo trae del teatro, ya no tiene excusas; usted tiene que ir a ver la obra de Bob Wilson y gastar esa fortuna.
  • Acomódese en su butaca y mire a su alrededor la sala llena.
  • Deléitese con el telón, con ese viejo grabado ruso y el perro rojo que cuelga del techo. Dentro de unos instantes estará viendo una obra maestra del absurdo.


  • Durante 100 minutos, quédese bien afuera de la historia. La barrera de luz fluorescente que enmarca el proscenio levanta un muro pantalla invisible en la cuarta pared.
  • En las 12 escenas sucesivas permanezca bien sentado y con los ojos abiertos, no pretenda sentir ni entender, solamente mirar y escuchar. No piense ni trate de comprender.
  • El reloj no tiene agujas y ya no marca el tiempo, entrará en la repetición angustiosa de los gestos y los textos.
  • Comproborá sin darse cuenta que se puede pintar con luz y que a cada ruido o chasquido estruendoso, una nueva pantalla con pinturas abstractas maravillosas lo arrastrará al tedio y a la indiferencia. Pasados los 30 minutos, ya unos pocos cholulos siguen aplaudiendo, usted entrará en un letargo y ya no le importarán ni Wilson, ni Defoe ni Baryshnikov. Ni siquiera ya le interesará entender por qué esta obra se titula La anciana mujer.
  • A veces esos personajes hieráticos le recordarán alguna escena de El gordo y el flaco, algo que haya visto de clown o de mimo. Pero no se confunda. Usted nunca ha estado ante semejante perfección en su vida.
  • Intente mirar el escenario y leer los subtítulos que están al costado al mismo tiempo. Terminará por darse cuenta de que los textos en inglés o en ruso son incomprensibles, no  por una cuestión de idioma sino por la falta de conflicto y lógica textual. Vieja, vodka, ventana, salchicha, valija, reloj, pájaro, habitación, mujer, casa, mazo,hambre, aburrimiento, muerte... Vieja, vodka, ventana, salchicha, valija, reloj, pájaro, habitación, mujer, casa, mazo,hambre, aburrimiento, muerte...
  • Cuando de golpe las luces se apaguen, se dará cuenta de que la obra ha terminado. El aplauso de la multitud de pie lo dejará perplejo en su butaca, porque usted creerá que los otros, los que aplauden tan apasionadamente han visto otra obra. Usted quedó aplastado como un panqueque, anestesiado y perplejo. Ni una mínima gota de sentimiento correrá por sus venas. Si el teatro occidental busca la catarsis, el teatro de Wilson lo dejará insípido, alelado.
  • Salga de la sala evitando que nadie le pregunte si le gustó la obra. ¡Gustar o no gustar no entra en la categoría de Wilson, queridos amigos facebookeanos.! No todo en la vida se puede medir en esos términos. Aunque parezca paradójico se lo dice la autora de un blog que se llama Razón del Gusto.
  • Cuando llegue a su casa empiece a googlear, encontrará las formidables obras de Wilson de 4, 5 horas de duración. Leerá sobre su importancia dentro del teatro posmoderno. Si tiene suerte como yo, el amigo experto en teatro le explicará los principios del arte de este creador, o la amiga que le puso la entrada en la mano le mandará el enlace al cuento The Old Woman de Daniil Kharms, autor ruso nacido en 1905 en San Persburgo, que con su humor absurdo le peleó al sinsentido de su época.
  • Necesitará entonces volver a la primera página del programa que había ojeado con desgano en el teatro. En el epílogo, escrito por Darryl Pinckney, encontrará la punta del hilo: " Sus historias ( las de Kharms) son breves, a menudo meros párrafos, y lo que sucede en ellas pueden ser tonterías, sólo tonterías. Todo su contenido es una improvisación en sentimiento, aleatoria, inestable y frágil como la vida misma. (...) Hablan de la impotencia de estar vivo, de las propiedades del estado de conciencia, de cómo la mente sigue pensando, dispuesta y viva, aún en medio de una pesadilla."

  • Dos días después, cuando esté lavándose los dientes frente al espejo, pensará con una sonrisa llena de espuma blanca, que le recordará a los adorables rostros de Mikhail y de Willem, que esos 1200 pesos fueron los mejor gastados de su vida.
*21 al 31 de agosto de 2014- Teatro Ópera Allianz

"No inventes lo que no quieras que exista" en Estudios Caracol

En puntas de pie por el universo femenino de Silvina Ocampo


"Cualquier cosa que no existe y tiene un nombre termina por existir; en cambio cualquier cosa que existe y no tiene un nombre termina por no existir."
Ocampo, Silvina: Ejércitos de la oscuridad, 1º Ed. Buenos Aires: Sudamericana, 2008




Para los amantes de la literatura de Silvina Ocampo, "No inventes..." es una cita obligada. Pero para los que no la conocen, este recorrido de una hora teatral y poética es la mejor forma de acercarse a su universo íntimo y único.
Para ello se debe respetar un rito: escribir un mensaje a noinventes@hotmail.com.ar y reservar las entradas para alguna de las dos funciones semanales que solamente van los viernes a las 21 y a las 23. Cuando nos confirmen, llegar al edificio Bencich (Av. Roque Saenz Peña 615) un cuarto de hora antes y sorprenderse con la belleza de Buenos Aires a esa hora, engalanada con su cúpulas iluminadas. Luego, entrar al edificio señorial y esperar en el hall con otros pocos elegidos que, como nosotros, aguardan la llegada de nuestro Virgilio que nos guiará en ascensor al cielo o al infierno.
Cuando alcanzamos el cielo en forma de terraza, nos espera una postal nocturna perfecta de Buenos Aires. Así empieza y termina la historia, porque la misma sensación de sorpresa y emoción vibrantes, nos acompañará hasta el final.


Foto Cecilia Joaquín


A veces subimos al infierno; hay hielo.
A veces descendemos al cielo; hay llamas.
S.O.

Ni bien atravesamos la terraza, nos recibe quizás el alter ego de Silvina, quizás el eterno femenino. La joven de blanco (Anabel Dopslaff)  con delicadeza y cordialidad nos conduce por una escalera caracol a un pasillo de venecitas y a una sala en la que nos convida con exquisito vino o champagne. 



La música del violín de Marcos Press nos transporta a otro tiempo, es la llave para pasar del otro lado del espejo y encontrarnos con los extraños personajes del universo de Silvina Ocampo. Cinco mujeres apasionadas, desbordadas, corroídas por obsesiones inconfesables que nos hacen confidentes de sus más terribles pensamientos.




Florencia Carreras les presta el cuerpo, la voz, los gestos precisos. Con gracia, con refinamiento, con oficio. 

Es la chica de barrio, enfermiza y soñadora de "El paciente y el médico".


Y luego la desconocemos cuando nos guían a otro cuarto y se transforma en la mujer consumida por la envida del cuento Rhadamanthos.


Es la hipócrita esposa casada con un hombre que no ama que concibe el más siniestro plan y lo confiesa sin escrúpulos en La oración. Cuento y monólogo que alcanzan el grado más alto de humor negro.



Y luego nos arrastra a la total desesperación en la enfermiza relación de competencia y celos femeninos y profesionales en El lazo.



Terminamos el recorrido en el altillo-sótano de la loca de los ratones, la deliciosa prostituta que nos recibe con sus gritos y nos invita a penetrar en su historia de miseria y soledad. La protagonista del cuento El sótano, uno de los más sórdidos y a la vez tiernos del volumen "La furia y otros cuentos".





Se trata de teatro-experiencia, teatro-pasaje, teatro-arquitectura, teatro-gesto que surge del más profundo y creativo diálogo con la magnífica obra literaria de Silvina Ocampo que ha crecido a la sombra de los grandes íconos de nuestra cultura: Borges, Bioy, Victoria Ocampo.

La exquisita dirección de Agustín Pruzzo, rescata la voz femenina de cada uno de los relatos, esa voz  aprendida por una niña de la oligarquía porteña, fascinada por el mundo de la servidumbre, de las modistas, de las chicas de barrio consumidas por ensoñaciones alimentadas por el folletín y el cine de oro de Hollywood. 


Y no diré más, porque por más que les describa mis impresiones, quizás ustedes puedan tener otras, todo depende del lugar, de la perspectiva. Si se sientan en el suelo, o en un sillón cerca del biombo... Si permanecen atrás a la sombra o se acercan demasiado... 



Es como viajar en el tiempo, a la década del 50 que impregna el vestuario, el ambiente, el lenguaje, los modos y costumbres; mientras por las ventanas de la cúpula redonda y mágica, la ciudad iluminada nos recuerda que estamos aquí y ahora.


*Las fotos de la obra pertenecen a : Alvaro Alonso y Luchia Puig

Como bonus track, para aquellos que quieran seguir paseando por el onírico mundo de Silvina Ocampo les recomiendo ver el programa sobre La Furia, realizado por  Pedro Mairal y Juan Sáenz Valiente:


Más Silvina Ocampo en Razón del Gusto: Cornelia frente al espejo


domingo, 24 de agosto de 2014

Relatos salvajes, de Damián Szifrón

Shhhhhhh...



Que nadie te cuente nada... Ahora mismo yo me estoy muriendo por hablarles del ingenio y originalidad de Szifrón como guionista, del increíble despliegue técnico, del perfecto timing...


Me estoy mordiendo la lengua para no regodearme con las actuaciones de Grandinetti, Julieta Zylberberg y Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia, Ricardo Darín, Oscar Martínez, Erica Rivas y muchos otros actores increíbles, todos juntos en 6 relatos, en seis cortometrajes que nos dejan sin aliento.




Una película negra cínica, impiadosa.
Una película cruel y amarga pero a la vez profundamente catártica.
Una película que a través de la hipérbole, el humor negro y el absurdo, nos arroja contra el espejo para hacernos trizas contra nuestra doble moral, nuestros prejuicios y nuestras mezquindades.


Una película "argenta" hasta la médula pero increíblemente universal que habla de lo locos que estamos los seres humanos amaestrados en la sinrazón de la sociedad capitalista occidental.
No se la pierdan, y vayan al cine, a la pantalla grande, a compartir el rito en una sala llena desde la primera hasta la última fila.

Y cuando salgan, sean generosos, no le cuenten nada a nadie... Shhhhhhhhh....

jueves, 21 de agosto de 2014

Alma teatral, de Gabriela Izcovich

Una experiencia de intimidad

Acercarse a la nochecita por las calles empedradas en busca de una esquina de San Telmo, que supo ser una carbonería y que hoy es un patio-teatro. Esperar  a que den la función en un patio cubierto lleno de plantas que invita a mirar para arriba. Entrar a una sala encantadora de ladrillo a la vista en la que se ha respetado y enaltecido cada elemento original del viejo edificio. Allí empieza la experiencia de "Alma Teatral".



Sin embargo, ni bien entramos a la sala, advertimos que por la magia del teatro ese lugar es el patio de la casa de Lía, por eso le damos las buenas noches y nos sentamos respetuosos y ávidos de pasar un buen momento con nuestra anfitriona que nos abrió las puertas de su hogar y que en la hora que seguirá nos abrirá la puerta de su alma, de sus sueños y de sus recuerdos.


Quizás por una cuestión de empatía generacional, enseguida me sentí cerca y confidente de Lía- Gabriela. No es solamente porque el personaje-actriz rompa continuamente la cuarta pared y nos incluya en sus preguntas retóricas, en sus preguntas-miradas, en la hospitalidad de cocinar para nosotros, sus invitados. Sino por mi condición de mujer de la misma generación. Muchas de las hermosas historias de encuentros y pérdidas, en las que se intercalan experiencias propias y ajenas, se parecen demasiado a esas tardes de té entre amigas en las que sin darnos cuenta vamos hilvanando las perlas preciosas del dolor y del gozo de nuestras vidas para  materializar así la memoria que se vuelve ficción si no la compartimos con otros.

El brillo de los ojos de Lía- Gabriela, la suavidad envolvente de su voz, la calidez y ternura de sus mínimos gestos cotidianos, las tímidas lágrimas, la "soledad poblada" de la cual somos testigos e interlocutores van generando un profundo estado de emoción. Emoción que es poesía. Emoción que es la destilación del arte y de la vida.


Cuando ya el pañuelito no alcanza para contener la infinita nostalgia, las lágrimas se nos contagian y nos quedamos en silencio, con el nudo en la garganta y unas ganas infinitas de abrazar a Lía-Gabriela. Los aplausos, los apasionados y merecidos aplausos del público, nos arrojan de vuelta a la luz cenital, a la realidad; nos recuerdan que, una vez más, el mejor de los teatros nos ha robado de este mundo para  devolvernos un poco más sabios, un poco más hermosos, un poco más agradecidos a la vida.



 
Dramaturgia e interpretación: Gabriela Izcovich
Dirección Ana Izcovich y Gabriela Izcovich

Funciones: Viernes 21 hs
Teatro La Carbonera: Balcarce 998, Capital Federal
Localidades: $ 100 - Reservas: 011 4362-2651


"Hace veintiséis años que Lía abandonó el teatro. Sin embargo, su mera presencia y sus escasos quehaceres cotidianos, convierten al living de su casa en una sala teatral. En ese espacio sin fronteras, comparte su soledad poblada, evocando y construyendo escenas que confunden la realidad y la ficción. Con frágil trazo, va delineando un réquiem al amor perdido, un homenaje a la teatralidad y al hombre que la acompañó en el segundo acto de su vida, tal vez el más importante."

miércoles, 6 de agosto de 2014

She smiles, Walter Velázquez

Ellas, en cuerpo y alma*
"Free like the river 
Flowin' freely through infinity 
Free to be sure of 
What I am and who I need not be 
Free from all worries 
Worries prey on oneself's troubled mind 
Freer than the clock's hands 
Tickin' way the times 
Freer than the meaning of free that man defines"
Free, Stevie Wonder



Ausencia, Dolores, Soledad, Azafata, Alma... Predestinadas por sus nombres y sus historias. Mujeres en cuerpo y alma. 



Con la sonrisa profesional ensayada en la voz, ellas trabajan en un call center del Estado para asistir las necesidades más variadas. Así, instaladas en la paradoja, su trabajo las fuerza a escuchar desde el anonimato a seres anónimos. Cada una carga con el peso de la vida, con un destino no elegido. Ausencia, con una enfermedad que la toma por sopresa. Dolores, con el abuso de un hombre que la acosa. Soledad, con el miedo a quedarse sola. Azafata, con los mandatos autoritarios de una madre castradora. Alma, bueno... Alma es tartamuda, es la nueva empleada... pero simbólicamente es justamente el personaje más conectado con el alma de las otras protagonistas.
Hasta aquí, ustedes lectores podrán decirme:  una obra más sobre la problemática femenina de las que tanto abundan en la cartelera porteña... 


Sin embargo "She smiles" es única, no se parece a nada aunque en ella brillen delicadas piedras de las más variada y ecléctica cantera del teatro de todos los tiempos.  
"She smiles" es Ibsen, es Lorca, es Strindberg... pero también tiene lo más fresco del teatro del absurdo de Ionesco . 
Es comedia hilarante, sin embargo logra poéticos momentos de singular belleza y emoción. Es la más refinada escena de una comedia musical de Bob Fosse y también lo más logrado del clown.

Es la magia de los títeres del Teatro Negro de Praga, y es el recuerdo que todos tenemos de "La sirenita" de Walt Disney.
Es la barca de Caronte, que navega el último río que todos traspasaremos, que fatídicamente se parece tanto a un ataúd. 


Todas estas cosas y muchas más: una escenografía sobria y práctica, una iluminación que realza los dos planos en los que continuamente se mueven los personajes, un vestuario encantador. Es actuación, danza y canto de una precisión y maestría impactantes.
¿Quién es el mago que logra que toda esa mezcla de subgéneros y estilos dé por resultado un producto artístico tan delicado, precioso, simbólico y accesible a la vez? Walter Velázquez 
¿Quiénes son las dúctiles actrices que pueden llevar este ambicioso proyecto a buen puerto? 
Julieta Cancelli, María Cottet, Jimena López, Elisa López Oroño, Valeria Stilman



Y como el agua que fluye y arrastra las penas en el río de la vida, las canciones de Stevie Wonder van enhebrando los preciosos momentos. Todas esas canciones en inglés, envolventes en las afinadísimas voces, nos transportan a otro mundo en el que la música hace posible la libertad. Los solos o las armonías a cappella, nos ponen la piel de gallina y nos hacen soñar en momentos perfectos como la escena musicalizada con "Isn´t She Lovely".

 Razón del Gusto les recomienda fervientemente que no se pierdan esta joyita de la cartelera porteña. Todos los viernes a las 21 horas en el Teatro Anfitrión.


Ficha técnico artística

Dramaturgia y dirección: Walter Velázquez
Actrices: Julieta Cancelli, María Cottet, Jimena López, Elisa López Oroño, Valeria Stilman
Vestuario: Alfiler de Gancho y Soledad Galarce
Escenografía: Ariel Vaccaro
Diseño de luces: Ricardo Sica
Realización de títeres: Julia Nardozza
Música: Luis Sticco
Coreografía: Julieta Cancelli
Entrenamiento vocal: María Cottet


  • Sala: Anfitrión
  • Venezuela 3340
  • Tel: 4931-2124

Después de escribir esta entrada encontré un reportaje buenísimo a su director, Walter Velázquez, la pego acá para no perderla y para compartirla con quienes quieran leerla:
http://lanan.com.ar/2014/08/velazquez-smiles/


* Recomiendo leer esta entrada y disfrutar de las bellas fotos de Marcelo Solís acompañado por la música de Stevie Wonder... más de un nostálgico ochentoso me lo agradecerá. Si están de acuerdo pongan play en estos videos: Free y Isn´t she lovely?