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domingo, 27 de abril de 2014

"Hilo y dedal", Queyi y Ana Prada


Para coser corazones rotos



Me regaló esta canción y este video Cecilia T el sábado pasado y pienso que se merece una lugarcito en mis Canciones del alma. El video me hizo acordar de otra amiga, Betina Z y como se corresponde con su última entrada en Liquid Ambar, con gatos y luces y sombras bien marcadas por el sol de la tarde, acá está para que siga rodando la moneda gratuita de la poesía.




No tengo más explicaciones no tengo más 
no tengo más explicaciones no tengo más 
no tengo más no tengo más 

Ya no tengo más 
obligaciones te has ido de mí
Ahora puedo invitarte un ratito a mirar los barcos llegar 
los pájaros pasar por aquí 

No te doy más complicaciones no te doy más 
no te doy más complicaciones no te doy más 
no te doy más no te doy más 

Qué será que después de tu viaje vuelves siempre aquí 
Pareciera como si quisieras mirarme antes de partir 
Todo el tiempo que pasé llorando me olvidé de mí

Qué inoportuno ha sido tu regalo 
El nombre de esta canción 
Un agujero más en mi alma 
Hilo y dedal 

Ya no tengo más obligaciones te has ido de mi 
Con el viento se fue tu destino muy lejos de aquí 
Todo el tiempo que pasé llorando me olvidé de mí 

Artista Invitada Ana Prada 
Letra y música Queyi

jueves, 24 de abril de 2014

El grabado en tiempos de red

Daniel Gluzmann en 3 Dragones
La imagen se niega a desaparecer



Las estampas de Daniel nacen de su espíritu curioso y juguetón. Se consolidan en el aprendizaje de las técnicas que lo entusiasman y lo fascinan, aprendidas en un taller que tiene mucho de magia y de alquimia gracias a la profesora Alejandra Bagolini, reconocida artista quilmeña,  que reparte la sonrisa y la amistad como el pan.
Las ímágenes elegidas van apareciendo,  seleccionadas  de viejas revistas Capítulo Historia de la Literatura Universal y Argentina editadas por el mítico Centro Editor de América Latina de los años ´70. O de fotogramas de las primeras revistas de Tiempo de Cine, o de antiguas revistas amarillentas de cultura en las que colaboraba la abuela Kramarenco. 
Y cada sábado que vuelve del taller mágico, Daniel abre su carpeta de trabajos de la cual van saliendo las láminas (bellas, sorprendentes, coloridas) y las ganas de seguir aprendiendo y jugando con las distintas técnicas de grabado el sábado siguiente. 


A continuación, el bellísimo texto de la Licenciada en Artes Marcela Paravano que acompaña el catálogo:
"Al final de un largo sendero que atraviesa el jardín, la boca del taller se abre para quienes se animen. Es una invitación al mundo. Te guían los olores de solventes, extractos, fórmulas químicas desconocidas, mezclas, tintas de color dormidas en latas que esperan el llamado para crujir en el gran vidrio. Microclima de taller donde la cofradía granjera transmuta el caos en orden, donde las estampas nacen deleitando los ojos cada vez.

"Contá ovejitas..." (litografía 2013)

Allí los conejos de Daniel, por ejemplo, sustraídos a su tiempo de origen son impresos. Traídos al presente desde aquella revista donde la abuela publicaba sus notas, hacen alianzas con otro espacio y en un nuevo contexto se modifican a sí mismos. En compañía del reloj que, como un sello, da continuidad a todas las imágenes, los collages, fragmentos y manchas son signos que comparten un borde para darse otro sentido. Como en algunas imágenes de Eugenio Dittborn (Chile 1943) los signos que pertenecen a estratos temporales diversos y alejados entre sí se encuentran ahora en litografías y fotoplay.

"El sueño" (Litografía 2013)

La impresión resulta sorprendente, manchas de color son ahora huellas que burlan la hegemonía pictórica. Son imágenes corroídas, cortadas, corridas de un lugar que ahora hablan por sí mismas. 

"Época de sapos" (Litografía y técnica mixta 2014)

Sus temas, juego, azar, tiempo, se trasladan en forma de continuo viaje transportando información que nos hace pensar, intuir, reír o llorar. Depende como los mires, los conejos gordos, señores alegres junto al tiempo que corre y corroe, nos recuerdan que estamos ahí y aquí. En este tiempo que juega un azar despiadado en la lotería de la vida donde el número sorteado, aquí y allá, en la plaza de Berlín o en la México actual, reemplazará la fortuna en tragedia.

"La Patria" (Litografía y técnica mixta 2014)


¿No es juego de niños, o sí? ¿Son todos ellos, molino, azar, tiempo, lugar, los que le impiden al héroe llegar a su destino? ¿Es ese destino una patria herida con manchas de color de asociación obligada?

"La fiesta" (Litografía y técnica mixta 2014)

Para quienes gusten y se animen, pasen y miren, miren y vean. 

¡Los grabados están aquí!"

"Aquel molino"(Litografía y técnica mixta 2014)



viernes, 18 de abril de 2014

Hasta siempre


"¿Por qué tendría que estar en el limbo? ¿Acaso había muerto? No. Simplemente fue un cambio de estado, un tránsito normal de un mundo físico a un mundo más fácil, descomplicado, en el que habían sido eliminadas todas las dimensiones."
 Gabriel García Márquez en Eva está adentro de su gato (1948)



"Comparto con él una teoría escandalosa, probablemente sacrílega para academias y doctores en letras, sobre la relatividad de las palabras del idioma, y lo hago con la misma intensidad con que siento fascinación por los diccionarios, sobre todo aquel que me obsequiara cuando cumplí 70 años, y es una verdadera joya porque a la definición de las palabras, añade frases célebres de la literatura hispanoamericana, ejemplos de buen uso del vocabulario. También, como hombre público obligado a escribir discursos y narrar hechos, coincido con el ilustre escritor en el deleite por la búsqueda de la palabra exacta, una especie de obsesión compartida e inagotable hasta que la frase nos queda a gusto, fiel al sentimiento o la idea que deseamos expresar y en la fe de que siempre puede mejorarse. Lo admiro sobre todo cuando, al no existir esa palabra exacta, tranquilamente la inventa. ¡Cómo envidio esa licencia suya!" Fidel Castro, "La novela de sus recuerdos" en Granma digital





Más García Márquez en Razón del gusto:

domingo, 13 de abril de 2014

"30 denarios", Charly García en Tango 4

Alfredo Alcón, la voz de Dios


“Todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre. Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare”, Jorge Luis Borges, "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius"



Le prestó el cuerpo y la voz a San Martín y a Martín Fierro. Al Erdosain de Los siete locos y al Juan Carlos Etchepare de Boquitas Pintadas.
Fue el príncipe azul de la "La vendedora de fantasías" con Mirtha Legrand y el compañero  de Norma Aleandro en "Escenas de la vida conyugal".
Fue Otelo, Hamlet, Macbeth, Ricardo III, Rey Lear y entonces fue Shakespeare... fue también Willy Loman  en La muerte de un viajante y Eddie Carbone en Panorama desde el puente y entonces fue Arthur Miller...
Y fue mucho más, encarnó en cine y en teatro los protagónicos que cualquier actor ni siquiera se atrevería a soñar.


Fue Dios en televisión para Adrián Suar y el Satanás más melancólico y entrañable nacido de la imaginación de Leonardo Favio.
Fue un gran amigo, un ser tímido, sensible y vulnerable, un ciudadano con un gran coraje civil.
Fue un ser anónimo que podía caminar tranquilo por la calle y de cuya vida privada se sabía poco y nada. Quizás algo de su infancia de hijo único de madre viuda.
Se atrevió a la tragedia y a la comedia. A los autores clásicos y a los autores  vanguardistas.
En 84 años vivió todas las vidas posibles a través de su "oficio" de actor.
No me parece casual que un hombre como él muriera como todo hombre de bien se merece morir: en su casa, rodeado por el amor de sus amigos, todos compañeros de sus últimos trabajos.
Tampoco es casual que su último personaje haya sido elegido por él, Hamm, el viejo amo que está ciego de Final de partida  de Samuel Beckett. "Endgame", el final cuando quedan pocas piezas en el tablero y Alcón se la jugó sobre un tablado.


Cuando J.L.Borges habla del panteísmo- "un hombre es todos los hombres"- piensa en Shakespeare. Hoy que pienso en Alfredo Alcón, no puedo dejar de pensar en Borges, y en Shakespeare y en Dios...

Mi flor blanca para él, en Razón del Gusto, es esta hermosa canción que pertenece a un disco maravilloso grabado por Charly García y Pedro Aznar en el año 91. Con increíble sensibilidad, en diferentes temas dejaron registro de las voces de tres grandes que ya no están: Sandro, Jorge Luz y Alcón.

En "30 denarios", Alfredo Alcón le presta la voz al Cristo de la Pasión. Esa voz enorme y llena de matices que recordaremos por siempre.


What do you want from me 
that you don´t already have? 
What do you want from me 
that you don´t already have? 
What do you want from me 
What do you want from me 
What do you want from me 
that you don´t already have? 

Cuando el agua sea más clara 
todo se resolverá.
Cuando llegue la mañana 
ya no podrás dormir.

A la mesa verdadera 
que el milagro es compartir.
Entre hermanas entre hermanos 
podrás confiar 
que a nadie tendrás que traicionar.

En la tierra en que no crece 
nada de nada.
En el árbol que está seco 
hay una flor. 
Algo cambió, hay un fulgor.
¿Qué quieren más de mí? 
¿Qué es lo que quieren más de mí? 

Podrás confiar 
que a nadie tendrás que traicionar. 

Nadie sabe que la historia 
fue mal contada 
y que el beso de la muerte fue por amor 
fue por amor 
¿Qué es lo que quieren más de mí? 

Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre? 
¿Soy acaso un ladrón, para que vengan con espadas y palos? 
Todos los días estaba con ustedes 
en el Templo y no me arrestaron. 
Pero esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas 
Dos mil años de silencio 
fueron bastante. 
Dos mil años de martirio en la oscuridad. 
Es la verdad. Es la verdad.

¿Qué quieren más de mí? 
¿Que quieren más de mi? 
¿Qué es lo que quieren más de mí? 

Señor, qué numerosos son mis adversarios, 
cuántos los que se levantan contra mí. 
Cuántos los que me dicen 
Dios ya no quiere salvarlo. 
Yo me acuesto y me duermo, 
y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene. 
No temo a la multitud innumerable apostada 
contra mí por todas partes. 
¡Levántate, Señor!
¡Sálvame, Dios mio!

Y ustedes, señores, 
¿hasta cuando ultrajarán al que es mi Gloria 
buscarán lo engañoso y amarán lo que es falso?


domingo, 6 de abril de 2014

"Lo mejor de nuestras vidas", Cédric Klapisch

Casse-tête chinois
(Rompecabezas chino)


La vida para la mayoría es ir del punto A al B. Todo es maravillosamente lineal. Pero no para mí. ¿Por qué mi vida es así? 




Y siempre me pregunto....¿quién pondrá los títulos de las películas en castellano y por qué? ¿No es más fácil tratar de traducir el título original? Este es uno de esos casos, en el que el título está explicitado dentro de la misma película y resulta meloso y contraproducente el otro título elegido.


Y todo este prolegómeno se debe a que si ustedes son tan prejuiciosos como yo y se dejan influir por los títulos, no le hagan caso y vayan a ver esta preciosa comedia francesa.
Para los que vieron "Piso compartido"(2002) y "Las muñecas rusas"(2005) será como encontrarse con un viejo amigo después de 10 años para que les cuente en una mesa de café qué tal le fue en esos años. Para los que no, funciona igual; eso sí, van a salir con muchas ganas de ver las dos películas anteriores y así también funciona. Porque esta trilogía de Klapisch es ágil, movediza, colorida y "viva" como la mismísima vida.
A pesar de tener 40 años y no 25 como cuando sale de París por primera vez para compartir un piso en Barcelona y salir literalmente al "mundo", Xavier patea el tablero y empieza de nuevo. Y las prioridades son siempre el amor, en este caso el amor a sus hijos. Porque ante todo Xavier es fiel a sus afectos: a su primera novia (Audrey Toutou), a su divina amiga lesbiana (Cécile de France) con la que es incondicional.



La vida como un gran rompecabezas, como un gran viaje en tren o en avión, con encuentros y desencuentros, con amores para toda la vida en este mundo globalizado e hiperconectado.
Cuando Xavier (Romain Duris) sonríe,  nos hace creer que vale la pena tanto correr por calles desconocidas, tanto cambiar de rumbo en estos últimos 15 años. Y que no importa dónde, en París, en Barcelona, en San Petersbugso o en el barrio chino de Nueva York, la felicidad está en las pequeñas cosas que podemos compartir con los que amamos.